Los video-juegos no afectan a los niños. Si esto fuera cierto, las generaciones del Pac-Man deambularían por lugares oscuros, comiendo pastillas al ritmo de sonidos electrónicos

12/23/2006

De los inicios y el Pac-Man

La entradilla que da alegría a esta sección no forma parte solamente
de un truco comercial gracioso y recurrente (me tomo la libertad de
describirlo así porque no es mío), que lo es. La entradilla es en
buena manera, la definición más ambigua y abyecta que se va a dar
nunca de un blog, de hecho, ni siquiera es una definición...

Lo que voy a intentar es desmenuzar aquellos maravillosos juegos que
viven en el olvido de una bolsa vieja de plástico en la casa de la
tía de tu novia. Quítale el polvo a tu Atari, a tu Game Gear, a tu
vieja Game Boy, a la Master Sistem II y a tu Spectrum (si lo tuviste) y
pon a jugar a tu abuela a cualquiera de ellas, verás que risas en la
cena de nochebuena.

Nostalware es la derivación de la palabra Abandonware, que se utiliza
para denominar a juegos descatalogados. Lo que pretendo es recordar a
aquellos juegos por los que sentimos la nostalgia de nuestra niñez
haciendo un repaso a todos ellos hasta llegar a los juegos más
actuales.

Guarda que empieza, y tanto si eres un freak, como un nostálgico del
Monkey Island o el PC Fútbol: BIENVENID@!

Pac-Man

Ficha técnica:
Origen: Japonés
Nombre original: Algo así como Puck-man
Año de producción: 1979
Compañía: Namco

El pac-man es uno de esos juegos que la mayoría habremos jugado en
emuladores, o en consolas de esas de ochocientos juegos. El caso es que
no creo que nadie recuerde un episodio de su infancia en el que le
dijeran: Mira, al Pac-Man se juega así. Creo que es algo innato, todo
el mundo sabe jugar al Pac-Man, viene de serie con la caca y los
lloriqueos.

El funcionamiento es tan sencillo como el del mecanismo del botijo. Hay
una cosita amarilla, que se mueve y que se va "comiendo" unas
extrañas pastillitas amarillas (que nadie nos dijo nunca lo que eran),
y al comer una de estas pastillitas de tamaño mayor, se produce una
sobredosis que permite ir a la caza de fantasmas, que de no haber
consumido este estupefaciente amarillo se zamparían a nuestro colega
pseudotoxicómano.

La música del juego era una obra digna de llevar la firma de ChumiDJ o
alguno de esos. Acompañada de las onomatopeya que se producía al
comer pastillitas amarillas, aquello era a las discotecas pastilleras
actuales, lo que Fiebre del sabado noche al mundo bacala (y espero que
esto se trate en Zinefago)

Lo intrigante del juego es su alto grado de... saturación. Yo creo que
llegué a la 6ª pantalla, y cuando te matan tres veces y no pasas de
la 6ª o 7ª pues coges el juego y lo mandas a tomar viento.

No se si os habrá pasado lo mismo que a mi, pero... os tengo que
dejar, creo que voy a jugar una partidita.